

"Que la sonrisa sea el camino de tu evolución"
Lic. Natalia Lorena Iazzetta
"Espacio Lenguajes del Ser "
Coach Ontológico Profesional avalado por AACOP (experiencia en adultos de más de nueve
años, también en niños y adolescentes, equipo Peques Felices, desde el año 2016),
especializada en el abordaje y gestión de emociones y Coaching Corporal/
Lic. en Comunicación Social (UNR)/ Instructora y Profesora de Yoga y Técnicas
Psicocorporales (Certificación Fundación Tendrel) /
Maestra Reiki Usui /Facilita en Meditación Zen /
Terapeuta Humanista Transpersonal (Avalado por Centro Gestáltico Zentirte)/
Terapeuta Floral (Flores de Bach) / Formadora de Instructores y Profes de Yoga Sankalpa
con la certificación de YoGaia Escuela Integral y Asoc. Colegio de Profesionales en
Psicología Transpersonal (con convenios internacionales).
Dicta diversos talleres, cursos y Formaciones de desarrollo personal y aprendizaje en
Comunicación.
¿Qué es el coaching?
El coaching ontológico es una disciplina o arte, que consiste en facilitar los procesos para el establecimiento de objetivos y el cumplimiento de metas, tanto en el ámbito personal como en la empresa. Parte del supuesto que “los seres humanos somos seres lingüísticos” y como tales vivimos y nos relacionamos en “mundos interpretativos”.Es una poderosa posibilidad de intervención para potenciar las capacidades humanas, desarrollar la autoestima y generar un marco en el que las personas puedan descubrir “lo que quieren” y accionar consecuentemente para lograrlo.
El coaching nace de una base filosófica y científica, de la mano de trabajos de Heidegger, Austin, Searle, Flores, Spinoza, Maturana y Echeverría, entre otros.
Los seres humanos obtenemos resultados (dominio del tener) dependiendo de las acciones que tomamos (dominio del hacer). Y las acciones que tomamos están íntimamente relacionadas con la manera en que nos observamos a nosotros mismos y observamos el mundo (dominio del ser).
El coaching trabaja fundamentalmente en el dominio del ser, produciendo cambios en el tipo de observador que cada persona es.
Cuando una persona logra realizar cambios en su modo de mirarse y de mirar “el mundo”, su perspectiva se amplía, se convierte en un observador diferente y tiene acceso a tomar acciones diferentes logrando resultados nunca antes alcanzados por ella.
Se produce un cambio ontológico en la persona y sus paradigmas, sus patrones de interpretación y análisis de las cosas.
Uno de los principios fundacionales de la Ontología del Lenguaje es postular que el lenguaje no sólo describe la realidad, sino que por medio de él se genera la realidad.
El Coaching Ontológico es una dinámica de transformación mediante la cual las personas y organizaciones revisan, desarrollan y optimizan sus formas de “estar siendo” en el mundo.
En un proceso de Coaching Ontológico el crecimiento ocurre en el dominio del Ser, a través de un aprendizaje transformacional que cuestiona con respeto los modos tradicionales de percibir e interpretar, donde las personas y los equipos interrumpen sus patrones de conducta y comportamiento habituales, para comenzar a operar con mayor creatividad, protagonismo y proactividad; generando competencias emocionales, del hacer, del pensar y de la comunicación.
El Coaching Ontológico es un proceso fundamentalmente liberador del sufrimiento y de las creencias condicionantes que nos limitan. Nos conecta con nuestros recursos y con nuestra capacidad de intervenir, logrando mayor bienestar y efectividad en el logro de los resultados que nos importan.
El Coaching Ontológico desarrolla la actitud y la aptitud para generar nuevas ideas, para crear nuevas posibilidades, para descubrir nuevos significados, para inventar nuevos caminos, para encontrar nuevas conexiones, ya sea en el nivel individual o en el social.
Tiene que ver con iniciar un "viaje" al interior de nosotros mismos, a la región de lo "aún no explorado", para atreverse a diseñar un futuro acorde a nuestras inquietudes, a crear la vida que queremos, desafiando nuestras creencias y actitudes históricas. Mira al futuro y crea un presente acorde con el “deseo” y “visión” de las personas.
El Coaching Ontológico se nutre de diversas ciencias sociales y humanas como la Física Cuántica (David Bohm y Fritjof Capra), la Biología del Conocimiento (Humberto Maturana y Francisco Varela), el Pensamiento Sistémico (Heinz von Foerster), ciertas corrientes Filosóficas (a partir de Heidegger), la Lingüística (a partir de Austin), ciertas corrientes Psicológicas (Constructivismo, Logoterapia, Gestalt), el Management moderno (Peter Senge, Stephen Covey).
¿Qué es la Meditación Zen?
El término japonés Zen es una transliteración del término chino Ch'an, que a su vez es una abreviación de Ch'an-na. Este es una transliteración al chino del vocablo sánscrito dhyana. Dhyana podría ser traducido como "absorción" o "reabsorción". La práctica de la meditación Zen permite que el ser individual se conecte conscientemente con la Fuente Primaria de su vida. Esta conexión tiene el poder de reducir o hacer desaparecer el miedo a la muerte y al cambio, o dicho de otra manera, reduce el apego a la forma individual y al concepto de yo. Como veremos más adelante, para el Budismo este apego es la causa de todo desequilibrio y enfermedad y, por lo tanto, de todo sufrimiento.
En un sentido general, el Budismo es una terapéutica del dolor humano, entendido no solamente como dolor físico sino sobre todo como dolor existencial. Es imposible comprender la acción terapéutica de cualquier remedio si no se tiene en cuenta el contexto conceptual en el que fue creado y aplicado. El contexto conceptual de la meditación Zen viene dado por la experiencia y la enseñanza del Buda Sakiamuni, fundador histórico del Budismo. El Buda Sakiamuni inició su búsqueda espiritual tras confrontarse con el hecho de que la realidad humana está marcada por el sufrimiento. El Buda expuso su sistema de sanación a través de las llamadas Cuatro Nobles Verdades: la primera Noble Verdad hace referencia a los síntomas de la enfermedad humana; la segunda a las causas; la tercera afirma la capacidad de los seres humanos de alcanzar el estado de salud; la cuarta constituye el tratamiento.
1º. La Verdad del sufrimiento. El dolor y el sufrimiento existencial constituyen los síntomas universales del estado de enfermedad o pérdida del equilibrio. Todo paciente acude al sanador impulsado por un malestar o dolor. La función del sanador es la de diagnosticar los síntomas y buscar las causas.
2º. La Verdad de la Causa. El Buda Sakiamuni no fue un sanador corporal, ni emocional, ni mental, a la manera occidental como entendemos la función del doctor, del psicoterapeuta o del psiquiatra. El quiso ir hasta la causa más profunda. Es decir, fue un sanador espiritual. Su exposición teórica y su praxis afirman que la causa profunda de toda enfermedad se encuentra en dos actitudes emocionales-mentales extremas. A saber, por una lado, en el deseo y en toda su familia (avidez, ansiedad, avaricia, ambición, apego, etc.) y, por otro, en el odio y en toda su familia (animadversión, rechazo, agresividad, cólera, etc.). Es más, yendo un paso más allá, el Buda enseñó que ambas actitudes extremas son originadas por la ignorancia. En el contexto budista, la ignorancia es la causa última de toda enfermedad y sufrimiento. Siendo así es importante que comprendamos qué entiende el Budismo por ignorancia. En japonés, el término es mumyo y en sánscrito avidja, comúnmente traducidos como "ausencia de claridad mental". En otras palabras, la ignorancia es un error de percepción, o una percepción errónea de la realidad.
Todo organismo vivo necesita una cierta percepción de la realidad, tanto interna como externa, con el fin de poder desarrollar comportamientos adaptados a la misma que le permitan sobrevivir. La capacidad de adaptación está indisolublemente unida a la capacidad cognitiva, es decir, al conocimiento que dicho organismo tiene de la realidad en la que vive. Para el Budismo, tiene su causa última en un error cognitivo de la mente humana, la cual no percibe claramente su realidad interna y externa y, por lo tanto, no puede generar comportamientos adaptados a dicha realidad.
¿Cómo se manifiesta este error cognitivo de la mente humana?
En primer lugar, a través del pensamiento dualista. el error de percepción básico de la mente humana ordinaria viene dado por un exceso de análisis y una carencia de síntesis, es decir, por un exceso de parcelización y una falta de totalidad.
En segundo lugar, a través de la negación de la transitoriedad. La vida no es un estado estático, es un proceso, es decir, cambio, transformación, evolución e involución, condensación, mantenimiento y disolución. La vida humana individual tampoco es un estado inmutable sino un proceso de transformación en el que todo, absolutamente todo en el organismo humano, tanto a nivel corporal como mental, está cambiando continuamente.
En tercer lugar, a través de la negación de la ausencia de yo. Este es el origen de esa gran neurosis colectiva que llamamos egocentrismo, causa última de tanto dolor y sufrimiento. Lo que la realidad nos dice, cuando la percibimos más allá del condicionamiento egocéntrico, es que ningún yo puede sobrevivir sin eso que llamamos no-yo. Es decir, ningún yo tiene autonomía para sobrevivir por sí mismo sin la interconexión estrecha con lo no-yo. La división mental de la realidad en yo y Otro es la principal causa de la ansiedad crónica que padecemos los seres humanos. Ansiedad que, posteriormente, se manifiesta en una amplia gamas de patologías mentales, emocionales y corporales.
3º. La Verdad del estado de Salud. El Buda enseñó que los seres humanos tenemos la capacidad de generar y vivir en un estado de Salud Global. Se trata de un estado de equilibrio, de profunda paz interior, de aceptación total. El camino hacia la Salud comienza con el reconocimiento de la enfermedad, con el descubrimiento de sus causas y con la confianza en que el restablecimiento del equilibrio es posible.
4º. La Verdad del Tratamiento. El tratamiento propuesto por el Buda no va dirigido solamente a la disolución de los síntomas (dolor, sufrimiento, enfermedad, desequilibrio) sino a la disolución de las causas profundas, a saber, el error de percepción (ignorancia)
La salud del cuerpo y de la mente
El ser humano es básicamente un ser consciente. Como ya hemos visto, en la base del error de percepción se halla una atención incorrecta. Por lo cual, corregir el error de percepción mediante un cultivo sistemático de la atención constituye la base última de todo proceso sanador.
La atención puede ser desarrollada enfocándola sobre cuatro aspectos: corporal, sensorial, emocional y mental. El Zen enseña cómo desarrollar la atención en estas cuatro aptitudes pero, fundamentalmente, las condiciones más propicias se dan en la postura sentada. Por ello, la meditación Zen tiene lugar básicamente, aunque no exclusivamente, en la postura sedente llamada del loto o del medio loto. ¿Por qué? De lo que se trata es de desarrollar un nivel óptimo de atención que sea normalmente sostenible. La relación más óptima entre estabilidad-alerta se da en la postura sedente.
Para que esta estabilidad se produzca es imprescindible que la postura corporal esté bien equilibrada. De ahí la importancia de chequearse continuamente en un grupo de práctica asidua y de tener como referente a un maestro de la tradición con el que compartir dudas y experiencias.
Zazen: hacia la unidad cuerpo-mente
Tenemos que insistir en el hecho de que la meditación Zen no es sistema terapéutico, en el sentido habitual de este término. No es una gimnasia física ni mental y su función no es la de curar enfermedades específicas, ni físicas ni psicológicas. La principal función de la práctica de la meditación Zen es la de clarificar la naturaleza de nuestro ser, es decir, ayudarnos a despertar a lo que somos.
Cuando se producen cambios importantes en nuestra conciencia de ser, estos cambios de manifiestan inmediatamente en nuestra manera de ser cuerpo, de experimentar las emociones y de pensar y concebir la realidad.
Si hacemos un somero repaso de nuestro cerebro comprobaremos que el hemisferio izquierdo es la sede de las funciones verbales e intelectuales; asegura la vida del ego intelectual y social. El hemisferio derecho tiene a su cargo los aspectos emocionales y los no verbales. A través de éste, el cuerpo siente las leyes naturales. Es importante que nuestra conciencia no esté "falsificada" por la preeminencia de un solo lado del cerebro. Durante la Meditación Zen se produce, naturalmente, la integración funcional de ambos hemisferios facilitada por la postura corporal y la respiración justa. Aquello que es captado intuitivamente (hemisferio derecho) se vuelve consciente en el hemisferio izquierdo.
Este estado es la vuelta a la nuestra condición normal, no es ni un estado particular de la conciencia ni un estado místico extraño. Practicar la Meditación Zen es estar más allá de la ilusión y de la santidad. Este equilibrio en el que todo se da "al mismo tiempo" genera un estado de profundo bienestar interior y exterior. Sencillamente, nos sentimos bien, nos sentimos sanos.
El Budismo, el Zen, considera que no es posible considerar al ser humano solamente en su dimensión social o ética. La dimensión natural, es decir, aquella que se refiere al funcionamiento del cuerpo, al de las dimensiones intelectuales y a las propiamente afectivas, también deben ser tomadas en consideración. Debemos ver al ser humano como un todo integrador. Así, en el Zen se dice que cuando uno se sienta en zazen, el universo entero hace zazen. No hay dualidad, no hay diferencias, solo una perfecta armonía en la que verdaderamente todo está bien. Este es el estado natural de nuestro ser, un estado de salud total, un estado "sano".
Así pues, el despertar (satori, nirvana) no es otra cosa que experimentar la condición más evidente y más normal de nuestro cuerpo y de nuestro cerebro. El individuo de hoy en día ha perdido el contacto con esta capacidad innata de sentirse bien y es necesario regularizar el modo de vida. La meditación Zen es una buena herramienta para conseguirlo, sólo hay que practicarlo.
¿ Qué es Reiki ?
Reiki es una técnica de canalización y transmisión de energía vital a través de las manos que armoniza al ser humano a nivel físico, mental y emocional. Esa energía vital puede ser aplicada también a seres del reino animal, vegetal y mineral.
Canalización significa que la energía es conducida a través de un canal y transmisión significa que esa energía se transmite, se transfiere, se pasa a otros o a uno mismo.
Reiki es un vocablo de origen japonés formado por dos kanjis: "rei" y "ki".
"Rei" se refiere al aspecto espiritual, cósmico, sabio e ilimitado de la energía. "Ki" se refiere a la energía corporal que es necesaria para la vida. Nuestra salud depende de la calidad y cantidad de "Ki" que posee nuestro Ser, tomando como Ser la suma del cuerpo físico, emociones, mente y alma. "Rei" es energía de una dimensión superior canalizada que nos ayuda a mantener equilibrado nuestro "Ki". El "Ki" es similar al "Chi", al "prana" de los hindúes o al "Ka" de los egipcios, por citar nombres asignados a la energía vital por distintas culturas.
Esta técnica fue redescubierta alrededor del año 1920 por un estudioso japonés llamado Mikao Usui motivado por una intensa búsqueda destinada a lograr la sanación del ser humano. Desde hace casi un siglo y ya en este nuevo milenio Reiki está siendo utilizado como una herramienta muy importante en la sanación y en la evolución del ser, teniendo en cuenta que su aplicación despierta el poder de autosanación en nosotros mismos, sin necesidad de experimentar experiencias dolorosas o traumáticas. Reiki es una herramienta fundamental de ayuda para trabajar por nuestro crecimiento interior, por nuestro bienestar y por el de los demás. Reiki nos revela y nos muestra que es lo que debemos integrar a nuestras vidas a fin de transformarnos en seres íntegros y genuinos, con nuestros defectos y virtudes, tomando conciencia que nuestro paso por este plano es aprendizaje.
Reiki no es una medicina, no es un dogma, no es una religión pero ayuda al Ser humano a mantener su energía psicofísica y por ende a conservar la salud y a mejorar la calidad de vida. Cuando nos referimos a salud hablamos de un todo: cuerpo, mente, espíritu.
Es una disciplina holística muy sencilla, fácil de aprender y de aplicar; es compatible con cualquier tratamiento médico o psicológico y con cualquier otra técnica o disciplina energética, trabajando siempre sobre el origen de la enfermedad.
¿ Quiénes pueden recibir Reiki ?
Todos los seres humanos (adultos sanos, enfermos, embarazadas, niños), animales plantas y objetos pueden recibir Reiki. También los remedios alopáticos (a fin de quitarles la parte nociva y energizarlos), los homeopáticos, naturistas, antroposóficos, esencias florales, gemas, etc. y todo lo que vibre en el Universo.
¿ Qué podemos lograr con Reiki ?
Reiki armoniza a nivel, físico, mental y emocional despertando el poder de autocuración dentro de nosotros mismos.
Todo ser humano tiene la capacidad de autosanación, pero casi siempre está oculta por la contaminación que venimos sufriendo desde que empezamos a caminar por la vida. Los distintos modelos o patrones de pensamiento que inconscientemente hemos creado o que hemos recibido muchas veces no nos permiten avanzar en la vida. Si dejamos actuar a Reiki, éste nos ayudará a cambiar lo que necesitamos para sentirnos mejor y por supuesto para evolucionar, que es el principal objetivo de nuestro paso por la vida. Pero por supuesto, nada se hace en forma traumática ya que la energía Reiki, por ser de una vibración superior, respeta el libre albedrío de las personas. Además cada uno de nosotros tiene su tiempo en este Universo, y eso también es contemplado por el paso de la energía vital.
Después de una sesión quién recibe Reiki observará una notable mejoría en su estado físico, energético y psicológico, logrará relajación profunda y una sensación de alegría y bienestar, mejorando su estado de ánimo y produciendo un estado de equilibrio energético. Esta técnica atenúa dolores musculares y articulares, reduce intensidad del dolor en distintas áreas, acelera cicatrización de heridas, ayuda en los pre y post-operatorios, reduce procesos infecciosos e inflamatorios, colabora en la eliminación de toxinas, además de poder aplicarse paralelamente con cualquier tratamiento médico (quimioterapia, kinésico, etc.) Cuando a una persona se le está administrando sesiones de quimioterapia, Reiki ayuda al cuerpo físico a recuperar la vitalidad que pierde con ese tipo de medicación, reforzando el el sistema inmunitario. También reduce estados de ansiedad, insomnio, fobias, miedos, depresión.
Después de las sesiones de armonización se lleva a cabo una desintoxicación del cuerpo físico, mental y emocional. Esto se puede traducir en una depuración física, movilizando las funciones de excreción, o mental o emocional produciendo a veces deseos de llorar, cambios de humor, de ánimo, de comportamiento, etc. De ahí la importancia de seguir recibiendo sesiones de Reiki cuando se produce esta llamada "crisis de sanación", es lo que va a fortalecernos.
Siempre es aconsejable no abandonar los tratamientos médicos mientras se recibe Reiki, ya que no es una medicina pero sí una forma natural de conservar la salud y mejorar la calidad de vida.
Reiki no reemplaza al ejercicio físico, a la alimentación, el descanso ni la consulta con un profesional de la salud.
Es una técnica aplicable a seres sanos o enfermos. Revitaliza la propia energía del cuerpo sin producir efectos contraproducentes ni acostumbramientos.
Reiki nos da una sensación de paz y bienestar, conectándonos con nuestra verdadera esencia.






